Tal vez yo aún no existía, pero recuerdo los relatos de las personas relacionados con el terremoto de 1985 en la que todos se unieron en franca solidaridad para socorrer a otras personas.
Mientras tanto, el gobierno se quedaba encerrado, acuartelado en sus oficinas excesivas en adornos, protocolos y rituales de lastre y que justo en esos momentos no valían de nada a comparación del desastre que aquejaba al corazón del país. El gobierno madridista no se pronunció hasta días después de la debacle con escuetas actitudes y cerraron ese capítulo minimizando los hechos, los muertos, los heridos, los desaparecidos, la corrupción en el Departamento del Distrito Federal al otorgar indiscriminadamente permisos de construcción y desatender las construcciones ya en pie y dañadas y además denunciadas por los habitantes, rechazando la ayuda internacional porque: “En México no había pasado nada grave” Así funciona el Partido Oficial.
Años antes, un furibundo presidente, quien se igualó con un cánido para defender la moneda mexicana y que al final quedó como perro faldero panza arriba, terminó devaluando la moneda mexicana y dejando que el país se sumiera en una crisis mayor a la esperada internacionalmente.
Este presidente recibió el tipo de cambio a 12.50 pesos por dólar, al finalizar el siglo y el milenio dicho tipo de cambio alcanzó los 10mil pesos, pero no es cierto porque el dólar es más bajo que 12.50 al comenzar el año 2000; si claro, pero el truco está en 1992 al hacer equivalencia, al decirnos que 1000 pesos ahora equivalen a 1 peso. Si, también fueron ellos.
Aquellos mismos que te dicen que “ellos” hicieron el Poli, la Ciudad Universitaria de la UNAM, que crearan el IMSS y no se cuantas alabanzas más, son aquellos que masacraron a los mismos alumnos quienes cursaban programas educativos ideados por el poder a finales de los 60s, como si hubieran intentado reclutar carne de cañón para inspirar miedo a la subversión al poder, generadores de tiros al blanco a quienes quitarles la vida cual granja de pollos o ruedo de tauromaquia.
Matemos estudiantes y será arte, el arte de gobernar.
Aquellos mismos que pusieron a ese López en la silla presidencial cuya hermana dirigía la dirección de Radio, Televisión y Cinematografía acorde a los consejos que un chamán le dictaba; esa misma hermana quien endeudó al Canal 13 del Instituto Mexicano de la Televisión por unos 2 200 millones de pesos.
Aquellos que mismos que pusieron en esa misma silla a un duende que terminó refugiándose en Irlanda no sin antes haber vendido a los medios a particulares a quienes se les ha retribuido con jugosas ganacias el convertirse en chivos expiatorios de lineamientos del ejecutivo. Las telecomunicaciones y demás empresas paraestatales también fueron vendidas, no sin antes (reiterando) haberlas desmantelado y dejándolas improductivas, con pérdidas; con la patética excusa de que no podrían ser competentes internacionalmente y que tampoco podría ofrecer utilidad o calidad en el servicio a los mexicanos. Como a cierta empresa de hidrocarburos.
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