sábado, 29 de septiembre de 2012

De noche.

Un sutil aroma a lavanda invade el recibidor, la imagen del frasco verdoso de loción en el piso de la recámara cruza por su mente. Whisky en mano, en brillante copa de globo, sube la escalera la cual está mágicamente iluminada por la luz de la luna que cruza el ventanal. El caracol de escalones pareciera muy largo y se apresura procurando no tropezar con su largo vestido esmeralda, escotado de la pierna izquierda. El aroma es mas fuerte al llegar a esa puerta blanca que marca el inicio de sus aposentos, iluminados con la luz de una vela roja de las que debieran hallarse en el comedor, una sensación de debilidad y sudor frío recorren su cuerpo, las piernas se adormecen y se pierde conciencia de las manos, uno a uno los dedos húmedos de sudor pierden fuerza y la copa cae en la alfombra de terciopelo azul, estallando en pedazos al contacto con el mismo…

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